Para memorizar:
«Yo los sanaré de su rebelión, los amaré de pura gracia, porque mi ira se
apartó de ellos» (Ose. 14: 4).
Para memorizar:
«Respondió Jesús y le dijo: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre
lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él”» (Juan 14: 23).
Para memorizar:
«Jehová está en medio de ti; ¡él es poderoso y te salvará! Se gozará por ti con
alegría, callará de amor, se regocijará por ti con cánticos» (Sof. 3: 17).
Para memorizar:
«¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? ¡Aunque ella lo olvide, yo nunca me olvidaré de ti!» (Isa. 49:15).
Para memorizar:
«Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad y no los destruía; apartó muchas veces su ira y no despertó todo su enojo» (Sal. 78:38).
Para memorizar:
«Mas alábese en esto el que haya de alabarse: en entenderme y conocerme,
que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra,
porque estas cosas me agradan, dice Jehová» (Jer. 9: 24).
Para memorizar:
«Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte,
ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron
» (Apoc. 21: 4).
Para memorizar:
«Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán
aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo» (Juan 16: 33, RVC).
Para memorizar:
«Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;
esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón» (Gén. 3: 15).
Para memorizar:
«El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio.
Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo»
(1 Juan 3: 8).
Para memorizar:
«Le dijo entonces Pilato: “Luego, ¿eres tú rey?”. Respondió Jesús: “Tú dices que
yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio
de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”» (Juan 18: 37).
Para memorizar:
«Si alguno dice: “Yo amo a Dios”, pero odia a su hermano, es mentiroso,
pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios
a quien no ha visto?» (1 Juan 4: 20).
Para memorizar:
«No tengan deudas con nadie, aparte de la deuda de amarse unos a otros;
porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley» (Rom. 13: 8, RVC).